Santiago Werkalec: lo que nos dejó en Huelva

Santiago Werkalec

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De Rosario al Dinamo Bucarest: formación, retos y el salto europeo

Cuando esta semana Santiago Werkalec vino a entrenar con nosotros en Moguer Rugby Union (gracias a la amistad con nuestro apertura Gonzalo Torrez), no vino solo con una bolsa de botines: trajo una historia. Nos habló —con esa mezcla de calma y hambre competitiva— de su camino hasta Rumanía y de cómo es empezar en un club exigente como Dinamo. No fue un relato épico ni maquillado: nos compartió retos reales (adaptación, idioma, ritmos de juego, logística) y lo que significa arrancar de cero en un entorno profesional fuera de casa.
Lo que más nos marcó fue su claridad de objetivos. Sin promesas grandilocuentes, nos describió el plan paso a paso: ganarse el lugar cada semana, sumar minutos con consistencia y construir credibilidad con hechos. En su forma de contarlo había una idea simple: “el camino alternativo también puede ser el correcto si tienes foco y trabajo”.
Nos sorprendió su capacidad de observación: preguntó nombres, preguntó por el club, por la liga andaluza, por nuestra cantera. Ese interés nos dejó claro que no es solo un jugador que “pasa”: se involucra. Y ahí empezó a tejerse algo más que una sesión técnica: una amistad.

Lo que aprendimos entrenando con él en Huelva: mentalidad y hábitos de profesional

En el campo, Santiago insistió en un concepto que repetimos desde entonces: “intensidad inteligente”. No se trata de correr por correr, sino de ejecutar con intención. Durante los ejercicios, nos hacía parar para recalibrar: “¿qué decisión estoy entrenando?, ¿qué lectura del rival disparó mi acción?”
Nos quedamos con tres aprendizajes prácticos:

  1. Detenimiento útil: cuando algo no salía, no aumentaba el volumen; simplificaba la consigna y la volvía medible (por ejemplo, número de apoyos, ángulo de carrera, tiempo de pase).
  2. Comunicación clave: pidió que hablemos menos y señalemos más. Un gesto claro antes de la línea valió más que una frase larga después del contacto.
  3. Competir en cada detalle: desde la entrada en calor hasta el enfriamiento, todo tenía un propósito. “Si el drill no te acerca al partido, cámbialo”, nos dijo.
    Al terminar, nos quedamos con una nueva y gran amistad. Lo decimos sin afectación: ese día elevó el listón de lo que consideramos una buena sesión. Y para la memoria del club quedará esa foto en el vestuario y el “gracias” sincero de todos.

Rutinas y entrenamiento: claves que cualquiera puede copiar (sin recetas mágicas)

Santiago fue claro: no existen atajos. Nos habló de su rutina tipo como profesional en términos estructurales (no nos dio números cerrados porque cambian por semana):

  • Cancha: bloques cortos de velocidad de decisión (recepción–pase–recolocación) y técnica de contacto con foco en entrada, altura y limpieza.
  • Gimnasio: énfasis en patrones básicos (empuje, tracción, bisagra, sentadilla) y transferencia a gestos específicos; menos “ego-lifting”, más calidad de repetición.
  • Recuperación: sueño, movilidad y, sobre todo, consistencia. “Dormir es parte del entrenamiento”, remarcó.

 Lo útil para nuestros jugadores fue ver cómo encadena los días: una semana no es una lista de ejercicios, es una historia con lógica (cargas, micro-objetivos, feedback). En nuestro caso, al día siguiente aplicamos una modificación: medimos con cronómetro ventanas de decisión en dos drills y el cambio se notó en la precisión del pase.
La lección final fue humilde: “haz bien lo básico, todos los días”. Desde entonces, la pizarra del míster tiene una línea fija: “Calidad > cantidad”.

La liga rumana por dentro: tiempos, nivel y oportunidades (según nos contó)

No nos vendió humo. Nos describió la competición en términos de oportunidad y dureza: hay físico, hay contacto y hay espacio para quien sea consistente. Nos habló del ritmo de los partidos, de los viajes y de la importancia de llegar sabiendo exactamente qué puedes aportar desde el minuto uno.
Para quien sueñe con dar el salto, su consejo fue casi metodológico:

  • Define tu propuesta (¿qué haces mejor que el promedio?).
  • Cuida tu cuerpo (llega sano y con automatismos).
  • Aprende a adaptarte rápido (idioma, roles, normas del club).
    Ese enfoque nos sirvió para conversar internamente con nuestros sub-23: objetivo claro + trabajo medible + adaptabilidad. Y anotamos una frase que queremos que cale en la cantera: “no se negocia la actitud”.

Objetivos a corto y medio plazo: el camino que visualiza

Sin entrar en promesas, Santiago nos transmitió ambición serena. Habla de dar pasos firmes: consolidarse, sumar influencia en el juego y, cuando toque, escalar de nivel. Lo valioso es la coherencia entre discurso y rutina. Se nota que cada entrenamiento que hizo con nosotros estaba alineado con esa brújula.
Como club, nos quedamos con una motivación concreta: que nuestra gente vea que hay caminos alternativos para crecer. Y que, si alguna vez uno de los nuestros cruza fronteras, lo haga con el mismo respeto por el oficio que vimos en él.

Recursos y comunidad: dónde seguirlo y cómo sumar

Nos pidió que construyamos red. Que compartamos clips de entreno con propósito, que escribamos feedback útil a los chicos y que abramos puertas cuando alguien quiera esforzarse. Al despedirnos, le dijimos lo que sentimos: ya sabe que en Huelva tiene una nueva casa.
Si quieres saber más de su día a día, busca sus canales profesionales y redes. Y si eres jugador o entrenador de la zona, nuestras puertas están abiertas: tráete tus ganas; del resto nos encargamos juntos.


Conclusión

Santiago Werkalec vino a Moguer y nos recordó algo esencial: el alto rendimiento no es una etiqueta, es una serie de decisiones pequeñas sostenidas en el tiempo. Nos dejó método, ejemplos y, sobre todo, actitud. Eso ya forma parte de nuestra identidad.

Preguntas frecuentes (FAQs)

¿Qué nos aportó entrenar con Santiago en un solo día?
Un salto en claridad táctica, calidad de ejecución y exigencia individual medible en los drills.

¿Qué podemos copiar si entrenamos pocas veces por semana?
Estructura tu semana en torno a decisiones de juego (no a ejercicios sueltos), mide 1–2 variables por sesión y prioriza recuperación.

¿Cómo mantener el hábito sin caer en la rutina vacía?
Revisa cada mes tus indicadores simples (precisión de pase, eficacia en contacto, tiempo de reacción) y ajusta antes de añadir volumen.

¿Qué mierda es un drill?
Ejercicios o rutinas específicas y repetitivas diseñadas para desarrollar o perfeccionar una habilidad, una técnica o un movimiento en un deporte o actividad física

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